Como se había señalado anteriormente, las experiencias adquiridas en el extranjero son de gran beneficios para nuestro crecimiento espiritual y personal, he aquí otras razones.
v Conocer nuevas amistades, durante la estadía que permanezcamos fuera conoceremos distintas personas, en las universidades estudian personas de distintos países, distintas culturas algunas de ellas se convertirán en la amistades más profundas y duraderas que tengamos.
v Ser embajador del país natal; la gran mayoría de personas conocen los países mediante la música, las películas, la televisión, revistas. Podemos cambiarle la apreciación que tenga, mostrándole cómo se vive y se piensa en nuestro país recordando que, en el extranjero somos embajadores de nuestro país.
v Dispersar nuestros propios estereotipos de otros, cuando conocemos diferentes culturas e incomparables formas de ser; nos ayudará a reemplazar las perspectivas y estereotipos que tengamos. De la misma forma como les enseñaremos a las personas sobre nuestro país y cultura, encontraremos personas que nos enseñen sobre su país y cultura. Podemos llegar a cambiar las impresiones que por mucho tiempo teníamos sobre determinados lugares abriéndonos a nuevas expectativas
v Tomar el control del futuro; encontrarnos solos en un país extranjero lejos de nuestra gente, nos hará vivir experiencias extraordinarias que no permitirá crecer como seres humanos. La experiencia al comienzo suelen ser muy fuerte y son muchos de los que viajan se regresan de inmediato tomando otro rumbo en sus vidas. Llegan a cambiar de carrera, de especialidad o toman la decisión de darse un descanso.
Para poder adaptarnos al cambio; debemos mentalizarnos que la experiencia nos hará más dinámico, más crédulo, autónomo y conocedor del mundo. A parte de tener una buena reputación universitaria, y las posibilidades de continuar con los estudios de post-grado, ya que a las personas que han tenido estudios afuera se les facilita a futuro realizar especialidades.