Para lograr los objetivos que nos proponemos en cualquier ámbito de nuestra vida debemos trabajar de manera organizada para conseguirlo.
Una de las estrategias que nos ayuda en este sentido es el plan de estudio. Un plan de estudio no es más que la planeación de todas las actividades que hemos de realizar para lograr los objetivos planteados al iniciar el proceso de aprendizaje de cualquier material.
Para su elaboración debemos considerar ciertos aspectos importantes como los días que dedicaremos al estudio, cuánto tiempo emplearemos, cuánto tiempo libre nos quedará y cuando debemos repasar los contenidos estudiados.
También es clave tener en cuenta aquellos puntos que no debemos olvidar y que son determinantes para alcanzar las metas trazadas.
Un buen plan de estudio debe ser sencillo y práctico ya que la idea es poder estudiar con claridad y eficacia.
Para ello el plan debe ser realista y estar ajustado a nuestras verdaderas posibilidades y disponibilidad de tiempo, tomando en cuenta todas las actividades que realizamos a diario incluyendo los momentos para el disfrute y descanso.
Antes de sentarnos a elaborar nuestro plan de estudio, una buena idea es crear una planilla en donde se reflejen todas las actividades que actualmente realizamos para ver donde podemos ubicar las horas para el estudio.
Cómo elaborar un buen plan de estudio
Determina las metas que quieras cumplir semanalmente y con la misma frecuencia estructura el plan de estudio.
Toma en cuenta todos los temas que debes estudiar y las actividades que debes cumplir con el propósito de distribuirlas correctamente.
Procura no colocar el estudio de materias de contenido similar seguida una de la otra ya que provoca fatiga y reduce la atención y asimilación del contenido.
Asigna más tiempo para las tareas que para ti resulten más difíciles.
Intercala periodos de descanso con periodos de estudio.
Ten tu plan de estudio siempre a mano y comprométete a cumplirlo.
Seguramente el primer plan de estudios que realices no será el definitivo y tendrás que modificarlo en algunos aspectos dependiendo de tus circunstancias reales o cambios que hayan podido presentarse.
¿Para qué hacer un plan de estudio?
No te resultará difícil responder a esta pregunta. Es claro que un plan de estudio nos permite determinar cuándo, cómo y por cuánto tiempo desarrollaremos las diferentes estrategias y técnicas de estudio.
Por tanto evitaremos desaprovechar el tiempo ya que estaremos siguiendo un orden y cumpliendo con una planificación.
Esto nos permite relajarnos y evitar el stress que produce la acumulación de tareas sin cumplir.
Contribuye además a fortalecer el hábito del estudio.
Permite concentrarnos en una tarea específica y evitar pasar de una actividad a otra sin seguir un orden lógico y muchas veces sin cumplirlas a cabalidad.
Si bien es cierto que debemos invertir algo de tiempo y dedicación a la elaboración del plan de estudio y a reestructurarlo cuando sea necesario, podemos estar seguros que no será tiempo perdido por el contrario obtendremos grandes beneficios siempre y cuando estemos comprometidos a cumplirlo.