En la última década hemos vivido una fiebre de las titulaciones universitarias. La mayoría de los estudiantes que terminaban sus estudios en el instituto, se encaminaban directamente a la universidad, sin cuestionarse el porqué, ya fuese por la presión de la familia o por falta de información.

Si estudiamos el mercado laboral en España, podemos observar que no son los estudios universitarios todo lo que se necesita. La demanda de profesionales titulados en Formación Profesional ha aumentado, frente al exceso de licenciados y diplomados.

 

Salidas laborales de los ciclos:

La Formación Profesional, tiene un gran índice de inserción laboral de sus estudiantes. De hecho, según las últimas estadísticas publicadas recientemente, el 21% de las ofertas de empleo cualificado, requiere títulos de Formación Profesional. Esto significa que los ciclos formativos medios y superiores son la formación no universitaria más demandada en España.

 

Gran variedad de especialidades:

La Formación Profesional ofrece un amplio abanico de titulaciones en todos los sectores laborales. De esta manera el alumno entra directamente a realizar los estudios específicos que le interesen, enfocados siempre al puesto laboral que vaya a cubrir, por ejemplo un cliclo de mecánica. Esto es mucho mejor que los estudios genéricos de universidades que muchas veces nos enseñan “un poquito de todo”.

Ventajas de los ciclos formativos. Con las prácticas incorporadas dentro del programa docente, todos los alumnos pasan por una época de formación en centros de trabajo relacionados con sus estudios. Que además dota de una beca económica a los alumnos en periodo de prácticas, para costearse el transporte y la comida y si fuese necesario la estancia. Gracias a estas prácticas los estudiantes tienen un primer contacto con el mundo laboral y las funciones específicas de su puesto antes de conseguir el título de Formación Profesional.