A todos nos gustaría tener las mismas vacaciones que los niños tienen. Nadie se opondría a tener vacaciones desde mediados de junio hasta mediados de septiembre, es un sueño que pocos son los que lo hacen realidad. Estos son los envidiados profesores con su semana blanca, su completa y plena semana de semana santa y sus vacaciones de navidad, por no hablar de todas las fiestas que tienen. Pero para la gran mayoría de los que no podemos disfrutar de las vacaciones que otorgan a los que se dedican a la enseñanza, nos tendremos que conformar con un solo mes de vacaciones. Aunque sea un mes bien se agradece.
El problema surge cuando nuestros hijos tienen más vacaciones que nosotros, que sucede en la gran mayoría de los casos. Es ahí cuando la gran mayoría de los padres se plantean que hacer con sus hijos. Muchos son los que piden ayuda familiar. En esta época del año es cuando más trabajo tienen los queridos abuelos. Muy queridos por los nietos pero también por los padres que les dan solución a este problema. Cuando por circunstancias esto no es la solución, muchos son los que optan por elcampamento verano Madrid.
Estos campamentos son una buena solución para la diferencia de vacaciones existente entre padres e hijos. Estos campamentos son una buena solución ya que tanto hijos como padres quedan satisfechos. También hay que decir que son más los padres que los hijos, los que prefieren esta opción.
El campamento verano Madrid es entendido por un gran número de niños, como una continuación del colegio por lo que no les seduce mucho. Si por ellos fuese, preferirían estar con sus amigos en la piscina o en parques que en un campamento verano Madrid, por suerte no son ellos los que siempre eligen.
Cuando uno es pequeño, realmente resulta difícil diferenciar entre lo que puede ser útil para el futuro y lo que no; es aquí donde entran en juego los padres, ya que al fin y al cabo son los responsables de determinar qué cosas ha de realizar el hijo para que en el futuro puedan sentirse orgullosos del aprendizaje que han transmitido a su pequeño. Los campamentos de verano suelen ser el mejor lugar tanto para aprender cosas nuevas como para conocer gente, ya que resulta que las edades comprendidas entre los 5 y los 15 años son las más indicadas para hacer amigos ya que de estas relaciones suelen ser amistades para toda la vida.
Pero lejos de ir únicamente a hacer amigos, los niños que acuden a los campamentos de verano también tienen que ir con el objetivo de aprender cosas. Por un lado está el aprendizaje de la naturaleza, ya que en este tipo de campamentos los pequeños se suelen poner a prueba para que sean capaces de aprender a respetar la naturaleza al mismo tiempo que buscan todos los recursos necesarios para “sobrevivir” a su aventura; pero por otro lado está el aprendizaje que puedan transmitir los propios profesores, y ahí se incluyen las clases de idiomas como por ejemplo el inglés. En estos tiempos resulta fundamental dominar más de un idioma, de modo que cuanto antes se proceda a aprenderlo, antes conseguirá uno hablar ese idioma como si se tratara de su propia lengua materna.
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