Cuando nos enfrentamos a situaciones en las que debemos contratar a un abogado (si no tenemos uno), lo primero que solemos hacer es preguntar entre nuestros familiares y amigos a quien nos pueden recomendar. Algunas veces este método de búsqueda funciona, pero otras veces la respuesta es negativa.
¿Qué hacemos entonces? La contratación de un abogado es algo que no debe hacerse a la ligera ya que en el confiamos la defensa de nuestros intereses.
Se puede tomar en cuenta para empezar la búsqueda, la reputación del abogado. Por lo general, los entornos legales son como pueblo pequeño, todos se conocen bien sea de trato o por referencia.
Preferiblemente debe estar especializado en el área que corresponde al caso, por ejemplo, abogado penal, civil, etc.
La empatía que surja en la primera entrevista es clave. Debes sentir confianza, entender lo que habla, sus explicaciones deben ser lo más claras posible.
Si es una firma de abogados, aclara si el caso será llevado directamente por el abogado con quien sostengas la entrevista o si participarán otros miembros.
Pregúntale sobre su experiencia en el campo legal y más específicamente en casos similares al tuyo. Como lo manejo, cual fue el resultado y hace cuánto tiempo fue.
Los honorarios profesionales deben dejarse muy claros desde el principio, si el cobro será por horas, por una tasa fija o por cualquier otra modalidad.
Las primeras acciones a seguir deben ser algo que te haga saber, las estrategias y procedimientos a aplicar en la resolución de tu caso.
Su localización es importante, si se encuentra en la misma ciudad, si viaja constantemente, los medios y rapidez con que se comunica. Garantizar que puedas conocer el status del caso y aclarar oportunamente cualquier duda es fundamental.